A mi, como a todos, esta crisis me cogió desprevenido. 2020 era mi año, aunque mirando hacia atrás, da la sensación de que era el año de todo el mundo. En lo profesional, había tomado la decisión de volar libre, después de cinco años trabajando en el sector privado al amparo de una gran clínica, consideré que era el momento de independizarme y comenzar a crear algo que tuviera mi propio sello. Mi proyecto comenzó a rodar, no sin dificultades, pero siendo feliz haciendo lo que más me gustaba y, sobre todo, siguiendo mis propias normas y reglas. Nunca me hubiera podido imaginar que la pandemia causada por el SARS-CoV2 (COVID-19) iba a cambiar tanto nuestras vidas. De la noche a la mañana, tuve que dejar de atender a las personas de manera presencial, paralizar mi proyecto personal y adaptarme a la nueva realidad o nueva normalidad como algunos han dado en llamar, en la que, trabajando en uno de los hospitales públicos más azotados por la pandemia, dicha normalidad cambiaba día a día. Eso requirió una capacidad de adaptación y flexibilidad que no sabía que tenía. Indudablemente, sin el apoyo de todos mis compañeros, todo hubiera sido mucho más complicado. Después de varias semanas de un trabajo agotador, por fin puedo retomar, con energía renovada, mi propio proyecto. Nunca pensé que, de una crisis de tales proporciones, podría surgir la oportunidad de empezar a concebir una atención en Salud Mental de manera distinta a como se venía haciendo hasta ahora. Nunca creí en todo el poder y en toda la utilidad que tenía la asistencia telemática hasta que, debido a que durante semanas ha sido la única manera posible de continuar atendiendo a la gente, ha demostrado lo eficaz, segura y práctica que resulta. Así como tampoco esperé nunca, que mi primera entrada en el blog de mi página personal, fuera escrito durante una época de mi vida en la que el único trayecto que estaba autorizado a hacer, era el que me llevaba todos los días al hospital. Además, el título de mi primera entrada, de tinte sombrío, no es para nada el que hubiera elegido. Es un título que he tomado prestado.